Acanthus mollis L.
AcanthaceaeEl acanto es una planta muy aclimatada a la región mediterránea que, debido a la gran plasticidad del contorno de la hoja, ha sido fuente de inspiración para artistas y arquitectos a lo largo de la historia.
Una antigua leyenda recogida por Vitruvio (siglo I a.C.) en sus Diez libros de arquitectura nos narra cómo en esta planta se halla el origen de una peculiar composición que corona las columnas de muchos de los templos del arte clásico, el capitel corintio. Así, cuenta Vitruvio que una muchacha de la ciudad griega de Corinto falleció a causa de una enfermedad y que su nodriza, afligida, recogió los objetos que más le gustaban a la muchacha y los puso en un canastillo de mimbre que depositó junto a su sepulcro, sobre una joven planta de acanto que aún apenas había logrado brotar. Con el tiempo, el acanto, oprimido por el peso, creció esparciendo sus pequeños tallos en torno al canastillo, saliendo sus hojas por los lados al exterior para formar unas curvaturas o volutas en sus extremos. Un día, el reconocido escultor griego Calímaco se encontraba dando un paseo y se encontró fortuitamente con este sepulcro, y no pudo más que detenerse para observar el canastillo y la delicadeza de las hojas que crecían a su alrededor. Quedó gratamente sorprendido por este original motivo y tomó nota de él, dibujándolo. Poco después levantó unas columnas en Corinto con unos capiteles que reproducían la singular composición que había visto junto a la tumba de la muchacha.
Durante el siglo XVI, hojas de acanto talladas, esculpidas o pintadas empezarán a recorrer los muros de las más importantes construcciones del periodo, impulsadas por ese redescubrimiento de la cultura clásica que fue el Renacimiento. Un movimiento cultural por lo demás que enmarca una verdadera Era de Exploraciones, en la que la expedición de Magallanes es uno de sus mejores ejemplos.