Buxus sempervirens L.
BuxaceaeEl boj es arbusto perenne autóctono europeo, presente desde las Islas Británicas al Mar Caspio, con preferencia por lugares en semisombra y con cierta humedad ambiente. Su nombre específico sempervirens -siempre verde- hace alusión a la persistencia de su follaje. Por eso, y por ser una planta de vida longeva, para griegos y romanos el boj aludía a la aspiración a la vida eterna.
Su madera es muy dura y siempre ha sido apreciada en la fabricación de instrumentos de uso común, matemáticos o musicales. En jardinería el boj es sobre todo usado como seto. Junto con el mirto, es una de las especies favoritas que usaron los antiguos romanos en el desarrollo del ars topiaria, disciplina de la jardinería clásica consistente en realizar esculturas vegetales con formas geométricas o de animales. Esta técnica fue vuelta a poner de moda en la Europa del siglo XVI de Magallanes, al hilo de ese movimiento cultural de recuperación consciente de la cultura grecolatina llamado Renacimiento.
La presencia del boj ayuda a crear ambientes mágicos, sombríos, misteriosos, que han sido recogidos en obras literarias como el “Jardín Umbrío” de Valle Inclán (1903), o en “Madera de Boj” (1999), última novela de Camilo José Cela, donde, retomando la idea de eternidad que el boj inspira en el mundo clásico, la vida “no tiene principio ni fin”. Es sin duda uno de los elementos indisolubles en los jardines europeos, con su desbordante presencia labrada en cientos de jardines y patios de toda Europa como el Château de Marqueyssac (Vézac, Francia), Levens Hall (Kent, Reino Unido), o el Pazo de Oca (A Estrada, Pontevedra).