Aesculus hippocastanum L.
HippocastanaceaeEste árbol de gran porte procede de los Balcanes, Cáucaso y la región indoirania, territorios por los que transitaron los turcos antes de instalarse en la península de Anatolia, la Turquía actual. Precisamente, y según Dioscórides, los turcos suministraban los frutos del Castaño de Indias a sus caballos viejos con objeto de calmarles la tos y aliviarles el asma. La etimología del nombre científico hace referencia a esta leyenda: hippos, “el caballo”, y castanea, derivado del griego “la castaña”. Literalmente, por tanto, “castaña de caballo”. Sin embargo, este fruto puede que sea comestible para los caballos, no así para los humanos, para quienes la sustancia de la aesculina que contiene es tóxica. No obstante, el Aesculus hippocastanum ha sido históricamente fuente de confusiones. El cierto parecido de su fruto envuelto en una cápsula explica el nombre genérico Aesculus, nombre latino del roble, error debido en este caso a Plinio el Viejo, quien en su Historia natural del siglo I d.C. sostiene que es uno de los árboles que producen bellotas, a su parecer, “como las del roble”.
De floración exuberante, sus flores blancas, algunas con tonos rosados, forman panículas piramidales en primavera, dotando a este gran árbol de un gran atractivo en parques y jardines, además de ser uno de los primeros árboles que cambian de color sus hojas, casi anunciando la llegada del otoño. Es por ello un árbol que ha contado con bastante difusión en paisajismo.
Con un sabor parecido a las castañas prueba Pigafetta una extraña fruta de las Molucas, llamada por el cronista chicares, difícil de identificar pero de fascinante descripción: "son una fruta que se asemeja a la sandía, pero cuya cáscara es muy nudosa. La parte interior está llena de pequeñas semillas rojas parecidas a las pepitas de melón, sin hueso, de una sustancia medular como nuestras judías blancas, pero más grandes, muy tiernos y de un sabor a castañas".