De origen sudafricano, su apariencia es similar a la Crassula ovata, pero con cojinetes (hojas) mucho más pequeños y redondos, y crecimiento más rápido y ramificado. Por este mismo motivo también se conoce como Crassula portulacaria.

Es muy popular como planta de interior, jardines xéricos y como bonsai, pues aunque puede superar los 5 metros de altura, su crecimiento se adapta al entorno. Apenas requiere riegos y no tolera ni el frío ni el encharcamiento. Popularmente también se conoce como "Árbol de la abundancia", pues según la tradición "en la casa en la que crezca nunca falta el dinero".

En su lugar de origen es uno de los alimentos favoritos de los elefantes, con los que mantienen cierta relación simbiótica, pues al alimentarse de ella, dispersan hojuelas y fragmentos que propagan a la planta, esquejes que agarran con facilidad como nuevas plantas. En Sudáfrica también se consume como alimento humano acompañando ensaladas o sopas.